lunes, 18 de septiembre de 2017

MARIANA BERNÁRDEZ

  


Vino de día

Toma tus cosas —dijo

—Pero yo no quiero salir de casa
No quiero no cosechar los olivos
ni perder la dulzura del almizcle del manzano
o la frescura del agua del pozo
o la brisa al decaer la tarde

Aquí yacen mis muertos
esta es mi huerta y mi almendro
¿que será de mí en el abandono del camino?

—Guarda tu verdad y tu origen
Y echa andar
Aquí sólo te espera la desolación
De prisa
que el cierzo se alza incansable
y atruena el cielo
auspiciando el consumar de los días

Lloraba lo que habría de ser atesorado
Acariciaba los pilares
y deambulaba de cuarto en cuarto
condenando al quebranto las queridas cosas

Advertí sus ojos glaucos
y me escuché jurar

—No habré de llevar
ni tristeza ni olvido
pues sin tierra por donde vagar
ningún fruto habrá de echar raíz

Sea la madrugada testigo
Y la ira de Dios sólo para ti.




No hay comentarios:

Publicar un comentario