Desde otro cielo
Es
levísimo murmullo el grito. En el cuenco de mi boca, un beso lírico se arrastra
y me humedece el canto. ¿Cómo hablarte desde aquí si mutilaron cada miembro de
mi voz? ¿Cómo recordarte que en las manos llevo un mapa y una brújula para ver
si me extravío de esta mi locura de sin ti? ¿Cómo, si tu cuerpo está tan lejos
de mi abismo, allí donde lo veo y no lo toco? ¿Cómo, si en tu cielo hay niños
pecadores y pájaros sin lluvia y en el mío mariposas que olvidaron que volaban,
migas de libélulas y nubes lloradoras? Tal vez si me lleno la mirada de
silencios, si me arranco las antiguas cicatrices y ornamento tu tristeza con el
hilo de mis venas, tal vez si me anudo los retazos de la lengua al arco de esa
viola que olvidaste, sólo así sepultaré todos los barcos. Sólo así renacerán
las jacarandas.
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