María Tudor
(Antonio Moro)
María
Tudor conserva la palidez anémica,
la
torpeza refinada y la mirada vacía
de las
decrépitas noblezas europeas.
Las
piedras y tocados no transmiten
calor,
color o alegría.. La roja rosa
que
María sostiene en una de sus manos
es lo
único que emana un leve perfume
de
vida.
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