Elegía a mi Abuelo
Batallo
con mis recuerdos
para
darte un rostro.
Aunque
tu rostro sea igual
Al de
todos los patriarcas,
Ya lo
dijo Eunice: “Todos los
Viejitos
se parece”, con esa frágil
gracia
de papiros doctorales.
Sigo
buscándote un rostro, apenas
guardo
un vago gesto: tu mano leve
saludándome
desde el Willy en marcha.
Poco o
casi nada nos une, este instante
que
para siempre nos separa, un hilo
de
lágrimas perdido en la densidad del
polvo,
la tristeza de mi madre.
Ahí, te
reconozco, ese será el rostro
que
guarde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario