30
en días
de vehemencia
nada se
avista
excepto
una mujer:
todo se
aleja para que ella se distinga
el
cielo se hunde
la
tierra pierde anchura
cada
cosa recobra su aptitud de nube
y es un
temblor eterno
acariciar
lo efímero
porque
llega el día
en que
también ella se aleja
así de
nuevo el dolor
vuelve
avistable el mundo
De: “Deo volente”
No hay comentarios:
Publicar un comentario