Lope revive, escribe unos versos y se vuelve a su
sepulcro
En la
extraña verdad en que habitamos
apenas sé quién sois ni quién soy yo
(ambos amparamos discretos simulacros).
Así, pareciera que me nombro y solo soy
ausencia de vos, patrimonio del vacío.
Así, pareciera que os nombro y solo sois
el ligero provecho de tantísima quimera
vuestra: caricia
que ríe confundiendo
lo que tienta y toca. De limpio
amado yo, pues, súbitamente, de limpia
amada tú, a idioma
de costumbres yo, a quebrantada
amante tú; y esto en tan solo
un segundo, mujer.
apenas sé quién sois ni quién soy yo
(ambos amparamos discretos simulacros).
Así, pareciera que me nombro y solo soy
ausencia de vos, patrimonio del vacío.
Así, pareciera que os nombro y solo sois
el ligero provecho de tantísima quimera
vuestra: caricia
que ríe confundiendo
lo que tienta y toca. De limpio
amado yo, pues, súbitamente, de limpia
amada tú, a idioma
de costumbres yo, a quebrantada
amante tú; y esto en tan solo
un segundo, mujer.
En la
extraña verdad en que habitamos
ya no sé quién sois vos ni quién soy yo.
Con tal grandiosa duda voy bordando
un incomparable, un bello enigma.
ya no sé quién sois vos ni quién soy yo.
Con tal grandiosa duda voy bordando
un incomparable, un bello enigma.
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