viernes, 24 de noviembre de 2017

DIANA AZCONA TREJO




XV



Me vino el olvido
entre las cinco pe eme
y quinientas gotas de tu carne.

antes de la noche,
después de la orilla,
entre Urgencias y la Sala de Choque,
a once lágrimas de altura.

Indolente, quebré mis párpados
(mirlos enfermos),
y fueron balas
para la tarde de esa mañana
desbocada y húmeda
en la que
cerré las piernas, apreté los puños
me vino el olvido.


De: “Crónicas de hospital”



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