Las palabras y el fuego
Lamento
haber escrito aquellas palabras sobre mi pueblo, incapaces de romper una cuerda
o desnudar a una muchacha.
Mi único consuelo es que mi obra ardió al lado de
la mujer del César, la misma noche en que mi barco zarpaba al exilio.
En lugar de escribir la hubiera amado con
mayor fuerza: algo de mí en la hoguera tal vez sobreviviría.
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