miércoles, 18 de abril de 2018

ALICIA SALINAS





Ribereña



Años después de vivir contra el río,
lo que fluye
persevera y purga.
Agua siempre adelante.

En la orilla se remeda todo pasado,
vuelvo al ruedo. En qué cuenco
el silencio de los ceibales.

Desde la isla resplandece
la dentadura vertical de las torres,
antes patios con jazmines.
Dónde está quien espera,
quien no olvida.

Como el río enloda los ramajes,
arrastro siempre una pena.
¿Y si busco lo que no es posible?
¿Han demolido también la casa
de los que me amaron, ya no saben
cómo encontrarme?

Falso Manhattan, la soledad era esto.   


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