El sendero
La
infancia es un sendero
elegido
en la memoria
que la
niña recorría
para
cruzar los cerros.
Un niño
le había dicho
que del
otro lado su sombra
encendía
las lámparas
de un
país hechizado.
¿Soñaba
con ese país?
¿O con
el niño heraldo?
Al
despertar le susurraba la canción
de un
pingüino viajero.
Alguien
atravesaba
con la
niña el abismo.
Eterno
amigo el recuerdo.
El
miedo atisbaba desde sus pupilas
que
invocaban a las siluetas
de los
juguetes en la oscuridad.
Danza
macabra de mis desvelos.
Yo
aquí, hablando de ello
con el
íntimo vértigo
de
cruzar el estrecho sendero.
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