Alejandría
La ciudad que se
sirvió de nosotros (…)
que nos envolvió en
conflictos que eran suyos y
creíamos
equivocadamente nuestros.
Justine – Cuarteto de Alejandría
Por sus calles de mujer desolada,
en
atardeceres extraviados,
asciende
el vaho de los días.
Moldea
a sus hijos de barro
con
luces mortecinas.
Sus
lluvias se empozan
en los
ojos de los hombres.
Lágrimas
ocres tiñen el aire.
El
tiempo se pudre en los puertos.
Todo lo
sabe de quienes anidan en sus entrañas.
Revela
su voz en los balbuceos de sus fantasmas.
Se
canta a destiempo con los ausentes.
Hiere
las sombras del mediodía.
Cura a
los moribundos de la media noche.
“Huele
a sudor a jazmín a fruta podrida”.
Se
edifica sobre el deseo de quienes
nacen y
mueren, aman y odian,
entre su penumbra y su miseria.
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