sábado, 14 de julio de 2018

ADRIANA TAFOYA





El tableteo de la sátira



I

Suelto cabriolas desgreñadas
sobre las alfombras del paisaje
               arqueo mi cuerpo
rodeado de ciruelas, crisantemos 
                           un morado de flores resecas
y el mordaz sabor de los arándanos

busco camorra 
                            salto
                                       arranco cerezas
desangro ramos
en el vello de la tierra
crecen dedos suculentos
los corto de un tajo
caen los dedos
y aún en el suelo
se agitan
con el ahogo del llanto

            troncho los fetos recién florecen
                         mato los pájaros


II

Jadea el viento
se inflaman las mareas
el mar mortecino
se moldea en azulado abismo
suelo comerme las sirenas
sirenas rojas enroscadas en las costa
de escamas sombrías como las ojeras
las arrastro lejos de la cueva de los sátiros
al vapor negro de las sombras
donde el musgo es
de mojado tabaco
se desangrarán docenas de ellas
quedarán secas
disecadas por el viento
condenadas a quebrarse
al quebranto sobre la sucia tierra


III

Yo la pequeña y dulce cara de niño
soy la dama de espesas crines
una cabeza en la ventana
de carne y pelos
la miel de la piedra soy
el sátiro
y la vellosidad hiriente
                   de todos ellos

el vaivén de los perros sobre las caderas
los lengüetazos
          perros y sus testículos golpeando
                           entre las patas

 aún no hay música para mi canto
          aún no hay flores para mi boca
   ni laúd ni ocarina ni arpa
soy un violín de gruñidos oxidados
  creo en el silencio
        vivir bajo el tablero
  en espera de la nueva guerra


IV

Se descarna la mañana
y de pronto me encuentro sin memoria
                    sólo oro quemado
ante las arrugas del cielo
se me rompen los pasos
como las tostadas hojas
de los árboles muertos

nada sabrán sobre mí
no sabrá nadie sobre mi sexo
aunque todos lo conocieron
en esta tierra manchada con el excremento
                                   de las moscas
todo lo borra el tiempo
            ni el dolor se salva
todo lo que olvidamos
nos hace existir menos
todo lo que se olvida
nos hace existir menos
              menos soy
cuando menos recuerdo
                          soy menos
                  cuando menos recuerdos tengo

                no recuerdo    soy menos

                no recuerdo

       Todo lo que fui se esconde bajo las hojas



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