viernes, 10 de agosto de 2018

JOSÉ P. SERRATO


  


Mutaciones



Al-Jumark lucha con el Djinn.
Al-Jumark usa su espada y el Djinn se vuelve ardiente humo,
Al-Jumark corre al río y el Djinn se lanza tiburón al agua,
Al-Jumark sale del agua y el Djinn en rayo se convierte,
Al-Jumark pierde sus armas, está débil.
El Djinn decide arrogante ser un hombre y lo golpea con los puños.
Al-Jumark empieza a tomar ventaja,
un hombre vindicando su dignidad
es más que un hombre que lucha,
y el Djinn lo padece.
Al-Jumark apresa los puños blandos del Djinn,
y éste se torna espada cortante,
Al-Jumark, fortalecido con la esperanza, dobla la espada,
el Djinn, escapa de la muerte en el cuerpo de una serpiente venenosa,
con su cuerpo ácido y correoso, constriñe el vientre y el cuello de Al-Jumark.

La diversificación es la máscara del mal y su ventaja.
Al-Jumark  conoce esa verdad y tiembla,
con el temblor del que se enfrenta a la crueldad de las verdades irrebatibles.
¿Quién de nosotros sabe qué oponer a lo mutable?
¿Cuál es el antídoto contra lo que nunca permanece?
La diversificación será respuesta infinita a la diversificación.
¿A mayores males, mayores defensas?
¿A mayor variedad de insultos, mayor variedad de adargas?
¿Quién lo sabe?
Quizás ustedes, cretinos, infelices poetas,
¡Respondan ustedes que tienen la historia de su lado,
la memoria, lo inmutable, lo eterno!
Señores lógicos, ofrezcan la salida,
vamos, imbéciles bobalicones, mortales admiradores de lo perenne.
¡Es urgente, la vida de Al-Jumark corre peligro!





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