domingo, 25 de noviembre de 2018

JULIAN AXAT




Estrella cercana



Miguel Ángel Estrella brinda un recital para los presos alojados en la Cárcel de Chimbas
Miguel Angel ofrece un repertorio de música clásica y conversa
Sobre el pasado

Estrella les cuenta y viaja a 1976
Cuando los militares le martillaban las manos y amenazaban con cortarle los dedos
“por el hecho de ser pianista” le decían
Por aquel entonces sintió que Dios le hablaba y le pedía no morirse
Y así sobrevivió al Mal
Y así los conciertos de piano para Estrella empezaron en el exilio
Primero en las cárceles de Francia en 1982
Y más tarde en villas, pobreríos, cárceles, fábricas Argentinas
“La música salva” dice y siente Miguel Ángel al medir el horror por distancias

Hasta que cuatro décadas después desembarca en Chimbas
Toca Bach y recuerda cuando… alguien entre los presos espectadores interrumpe…
Pide prestado su lugar al ejecutante para recordar un tango y “adelante, como no…”
Cede el amable Estrella

Entonces la música comienza atonal y chirría espantos
En la voz o susurro del capitán Nazi Wilm Hosenfeld
Grita al pianista Wladyslaw Szpilman que toca como poseso en el Gueto
Pero no el “Nocturno en cis moll” de Chopin
Los gritos de ultratumba de la desaparecida Marie Anne Erize
Piden clemencia en la ESMA
Y los dedos gráciles de Estrella que se arrastran cada vez
Más toscos aplastados por el martillo de las brujas que no quiere a Dios ahí
Y los presos de Chimbas espectadores alucinados de esa musiquilla infernal
Ven al concertista cuando se le salen las falanges

Y al Asesinato
Ya no convertido en una de las Bellas Artes
Tras el réquiem
El solicitante descolocado como Diablo de Chimbas
Levanta su rostro y se para
Busca tenderle la mano al impertérrito Estrella
 “Me llamo Jorge Olivera, soy un preso político…
… gracias por prestarme su piano”



No hay comentarios:

Publicar un comentario