Cuarta tribulación: 30 de enero
Tal vez
fue el cielo nublado,
el
frente frío número 39,
pero
esta mañana, los animales parecían muertos:
y la
gata sobre las cobijas,
el
perro tendido en la hierba,
respiraban
con la calma de quien ve la muerte
rondando
cerca,
sin
ofuscarse:
los
cuellos relajados,
el
pelaje cubierto de pequeñas gotas de arco iris.
Incluso
las aves en los campos de cebada trinan con debilidad,
los
ratones devoran a sus crías
y el
ruido de la autopista es más fuerte mientras te acercas.
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