miércoles, 5 de junio de 2019

MARISA MARTÍNEZ PÉRSICO





Duelo de peritos

No hay nada que un hombre no le haría a otro
Carolyn Forché



La mató la fractura de una piedra en la boca.
Más tarde fue violada viva en una fiesta.
“Murió de sobredosis”
dijeron los peritos, finalmente. 
En la puna los astros aullaban por la niña
como perlas rasgadas.

El soldado habría muerto
después
de tropezarse:
¿Qué insensato le habló de libertad?
Le bordaron a golpes las costillas.
Para algunos fue “un mártir necesario”.

La modelo resbaló de la azotea
en la finca alquilada por el novio.
“Su amor era tan puro”, contaban los vecinos.
“Al caer al vacío estaba muerta”, dijeron en la morgue.

Se suicidó el fiscal. Pero más tarde
se habló
de un asesino.
La autopsia mostró que le pegaron.
Y un cuchillo de orquídeas oxidadas.
Y el disparo en la sien.

Los filósofos acusan a los dioses:
¿cómo permite, un demiurgo, tanto sufrimiento?
“Si quiso eliminar el mal pero no pudo, es impotente”
“Si no quiso, es malvado”
“Si no pudo y no quiso, es malo y débil”
Descartes habló de un genio sucio que busca confundirnos.
Otros crearon historias con deidades que pactan con el fuego. 

La modelo, el soldado, el fiscal y la niña
han mirado la cara de los lobos
y no ajustan sus cuentas con fantasmas. 

Desde arriba,
Dios observa la masacre de sus títeres
con los hilos cortados.


No hay comentarios:

Publicar un comentario