lunes, 10 de junio de 2019

RODRIGO PETRONIO




  
II



Bendita sea esta sed.
Pétalo negro que me corona.
La espina de luz despierta la carne.
En la corriente de las aguas talla mi cara.
Bendice.

El espíritu se rinde a la navaja.
Monumento de sangre:
El cuerpo escurre.
En la otra margen del tiempo.
Mi corazón late.
Su pulso se siente.
Mas su sonido no suena.

La tierra se abre.
Soy ella.


De: “Dentro de la estrella blanca”.
  
Versión de Eduardo Langagne


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