Elba
¡Elba,
mujer o isla! Tu trenza al viento,
racha
del Mare Nostrum sobre una selva,
se
tiende, y en tus besos ponga un violento
vino
de sus vendimias la isla de Elba.
Lenguas
de mar te ciñan, y en tus colinas,
donde
muertas sirenas yerguen las ancas,
para
sus catedrales y sus Sixtinas
amase
Miguel Ángel sus carnes blancas.
¡Bravo
islote de carne! Mis barquichuelas,
bajo
la noche negra tiendan las velas
y
hacia tu playa blanca lancen la prora.
Así
en la negra noche, tus ojos claros
serán,
si tú me miras, como dos faros,
y
si me miras mucho, ¡serán la Aurora!
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