viernes, 16 de agosto de 2019

DENISSE VEGA FARFÁN





«has entrado al reino
sin más aliada que la tullida voz
de tus espejos
retratos volátiles de una rendida nada
ante los pies del verano

no atravesaste cercas trenzadas con los sesos de algún dios
pero sí valles de cráneos coronados de ortigas
y agrias bellotas

el reino no es distinto de la comarca de donde vienes
aquí como allá los hombres se amaron y odiaron
hasta desollarse

o acaso el reino los expulsó por sus inocentes pretensiones
y los alineó como una advertencia
para fulminar los ojos de este peregrino?

asustado te abrazas a los árboles
sus troncos espumantes sólo poseen
mensajes tártaros que escuchas a destiempo
y la hoz que hace girar la pantomima
es tan nítida como tu sangre escurriéndose en la sombra
como única llamarada
única verdad
única medalla al final de la bruma

entonces empiezas a llamar a alguien que no conoces
y ese alguien sale de entre los juncos
sosteniendo tu rostro dormido en sus manos
diciéndote que te ha esperado desde que nació
para colocarlo sobre la sal que reviste tus huesos
“este rostro tiene la herida que ha de salvarte
le he enseñado a pronunciar las estrellas y los andrajos
en un idioma invertido al tuyo
ven
acércate a esta roja fronda que es tu oculto reino
al cuervo que bala tras la herrumbre
en el sótano de este castillo de humo
está la primera letra de tu nombre” ___te susurra»



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