jueves, 22 de agosto de 2019

ROBINSON QUINTERO





Escrito en el camino



El último tramo del camino siguió por las aceras que alinderan las casas altas. Atrás quedaron los jardines de las casas bajas con sus melenas colgantes y se abrió al paso la bulla de los puentes, la luz de los paraderos de buses. Un corrillo de mujeres, paradas bajo un enjambre de árboles, estalló de pronto en risas. Fue una algarabía que apenas suelta se dispersó hasta los parajes circundantes, la placita umbrosa, los cobertizos de los paraderos y las barandas de los puentes. Las últimas risas me alcanzaron al final de la calle. Y con risas seguí mi camino.


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