Una vez miramos
Una
vez miramos mis hermanas y yo durante horas
el
río que pasaba junto a la huerta de nuestra casa.
Sé
que ese río, ahora, a muchas ciudades de distancia, pasa en este momento por
sus almas,
sigue
pasando esta noche, diáfano, por sus ojos.
Y
va dejando un rumor de pueblos, de familias,
un
rumor de vetas de oro recorriendo la tierra,
un
sentimiento que insiste en volver,
en
amar, en desbordarse como desde otro luminoso río
que
aún ahora, a muchas vidas de distancia,
sigue
pasando por otras almas, llamándonos desde sus
luminosas
aguas.
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