martes, 26 de noviembre de 2019

CARLOS MONTEMAYOR




  
II

Memoria de la plata


  
Mi padre solía fumar en las noches
sentado afuera de la casa.
El calor del verano inundaba el mundo.
Todas las estrellas se reunían sobre nosotros
como si ninguna pudiera perderse.
Yo miraba el cerro de la mina
y a lo lejos escuchaba el sonido de los molinos,
el rumor subterráneo de metales, hombres y agua
herrumbrada.
Creía que la plata era blanca, brillante como la lluvia
en las noches,
o como los reflejos del río o del agua estancada junto
a las peñas;
aún creía que iluminaba a la mina como una gran
cascada.
Ignoraba que era negra,
que era un verano sofocante
como una espuma de asfixia o muerte,
y que los hombres caían como nuevas noches
en un túnel sin estrellas, sin viento,
sin un padre fumando al lado de ellos.

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