Hotel de terciopelo
Oigo
los vestidos tibios que tintinean al tocarse
asidos
al peso de un pulmón
El
alegre paso de las llaves por la lengua de mi alfombra
un
laberinto en las manos del vértigo
Me
pagan por abrir ventanas en paisajes sumergidos
y
enterrar cadáveres que amenazan con volver
En
el ático escondo tormentas
y
la palabra gastada de hombres crueles
Aquí
se paga con profecías
todo
permanece en la humedad de mis cerrojos
¡Fíjate
cómo sangra esta noche sin orillas!
¿acaso
no sientes pena por mi respiración?
¿por
mis orígenes de cantera y mineral?
A
mí me pagan por recordar
las
sábanas mudas los huesos negros
la
curva de un pecho en el espejo
y
el final de tantos caminos
Toda
mi vida se resume
en
un cementerio de tigres sin memoria
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