domingo, 12 de abril de 2020

SHINKICHI TAKAHASHI


  


Tiempo



El tiempo pasó soplando sobre su rostro
como una ventisca que cruzara un lago.

En el sueño profundo
continuó su mente
destilando, evaporando ideas.

Algunas mañanas el sol, como una amenaza,
ascendía por el borde de las montañas.

Se calcinaron, tal esperanzas, los árboles.
La tierra agonizaba.

Despierto, encendía su pipa
e intentaba respirar el sol.

Como la lluvia,
como los frutos,
caía el tiempo.

Un barco hacia el pasado
flotaba mar adentro.

Él aferró con una mano la vela de lo eterno
y el eterno universo entró en sus ojos.



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