domingo, 3 de mayo de 2020

NATÁLIA CORREIA





Una oscura e inquieta castidad…



Una oscura e inquieta castidad
puso una flor para mí en el jardín más secreto
en un horizonte de gracia y claridad
intangible y próximo.
Promesa estática en la luz de la luna
de la densidad en mí corpórea
no es la culpa, es la memoria
de la primera mañana del pecado
sin Eva y sin Adán.
Solo el fruto probado
y la serpiente enroscada
en mi soledad.


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