Certidumbre
Yo
jamás he visto un yermo
y
el mar nunca llegué a ver
pero
he visto los ojos de los brezos
y
sé lo que las olas deben ser.
Con
Dios jamás he hablado
ni
lo visité en el Cielo,
pero
segura estoy de a dónde viajo
cual
si me hubieran dado el derrotero.
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