Viajes de prestigio
Llueve sobre la tierra y sobre el mar
florece sin sueño y sin respiro la tormenta.
¿Caerá o no caerá el rayo y la visita al camarote
que conmueve corazón y botellas botellas de alcohol?
Hay un peñón en medio del viaje cubierto de pájaros:
misterio lo rodea y el viajero lo ve como su isla.
Entretanto escribe, mucho escribe a los amigos
amantes padre y madre, hermanos cuñados tíos.
Pájaros furiosos y extrañas manufacturas, comidas
en el desenfreno del olvido arrastran al visitante.
Y lugares: por aquí pasó, por aquí su perfume es Colón
y su huella nos sugiere tanto ensueño heroísmo tanto.
Mercaderes con odio y conquistadores hicieron el camino
y una cara anhelosa que dura y perdura en el recuerdo.
Sirenas hubo aquí y delfines peces que saltan
y una curtida fe en los puertos, fe en los
[viejos fondeaderos.
Después serán las cartas ya violáceas
violadas por el tiempo que todo lo derrumba,
y las impresiones recogidas y el bienestar
un poco incomprensible para quien no lo vivió.
De todo quedará un color de lluvia un día
claro de infinita indefinible felicidad.
Ahora lo demás es continuar, envejecer,
envejecer juntos amándose amándose y el sabor del mar.
Pasear junto a los muelles los crueles espigones
como a punto de subir a los trenes o a los barcos.
En cambio sólo se recobran vagones vacíos
en las noches sombrías vacías junto al río
Trenes muertos que conducen a la muerte; eso son
y no hay nada sino es este minuto que ya no existe más.
El resto se ha ido ya no vuelve se voló,
las campanas de ahora es otra cosa, otro viaje
tomado sin remedio sin tormenta hacia occidente.
De: “El año que se nos viene
y otros poemas”
No hay comentarios:
Publicar un comentario