lunes, 15 de junio de 2020

ZINAIDA GIPPIUS




Entre
  
a D. Filosofov



En la noche las ramas se ennegrecen
y se escucha el susurro de la corriente.
Me hamaca solo una red de aire,
tan lejos de la tierra como del cielo.
Abajo, el sufrimiento y arriba lo que entretiene,
tanto pesa el dolor como la alegría.
Las nubes delgadas y rizadas como niños
y las personas penosas y malas como animales.
Siento lástima por las personas y vergüenza de los niños,
aquí no me creen, allí no me comprenden.
Abajo es amargo y arriba, ofende…
Y en esta red, ni bajo ni subo.
Vivan, personas y jueguen, niños,
mientras me hamaque a todo le diré que no.
Solo me asusta pensar cómo recibiré en la red
el cálido amanecer terrestre.
Y el vapor amanecido, vivo y extraño,
se eleva desde abajo,
¿permaneceré hasta el alba en esta red?
Sé que el sol me quemará.


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