El rumor de los reclutas
I
El
rumor del barco que busca
una costa para llorar su naufragio
una costa para llorar su naufragio
El
rumor de la sombra
que se funde con el viento
que se funde con el viento
El
rumor de la arena que se acalla
para no despertar a los muertos
para no despertar a los muertos
El
rumor de esta guerra que ocurre
como si nadie introdujera
la bala en la recámara
como si nadie introdujera
la bala en la recámara
como
si no existiera el enemigo
como
si los dioses cansados de llorar
a los hombres que mueren por una fe que no comprenden
a los hombres que mueren por una fe que no comprenden
los
abandonaran
Rumores
sigilosos de los reclutas en campaña
Y
la oscura muerte nebulosa a la espera.
II
En
algún país que conocí en otro tiempo
debe ser la hora de la tarde fresca
y de las mecedoras en la puerta
y la televisión encendida en la sala
para que nadie la vea
debe ser la hora de la tarde fresca
y de las mecedoras en la puerta
y la televisión encendida en la sala
para que nadie la vea
Debe
ser la hora de los vecinos saludándose
y de los que aún van en el autobús
o de los que salen con los hijos
a comprar pan dulce y leche con chocolate
y de los que aún van en el autobús
o de los que salen con los hijos
a comprar pan dulce y leche con chocolate
Una
hora hermosa que no existe
Porque
ese país hoy está mutilado
encadenado a sí mismo
condenado a ser su propia presa
encadenado a sí mismo
condenado a ser su propia presa
Por
eso estoy aquí
con este calor tan distinto
y entre esta gente a la que nunca conocí
aunque han sido mis compañeros de campaña
con este calor tan distinto
y entre esta gente a la que nunca conocí
aunque han sido mis compañeros de campaña
El
coronel y el médico de guardia
quemaron mis brazos con petróleo
como un tributo a estos pozos petroleros que ayudé a liberar
quemaron mis brazos con petróleo
como un tributo a estos pozos petroleros que ayudé a liberar
Mañana
volveré a mi nueva patria
mutilado
encadenado a mí mismo
condenado a ser mi propia presa.
mutilado
encadenado a mí mismo
condenado a ser mi propia presa.
III
Fallujah
al mediodía
Desde
que entramos el comandante
y el teniente insisten en que huele a muerte seca
y el teniente insisten en que huele a muerte seca
El
operador de comunicaciones
no es tan elegante
no es tan elegante
“Apesta
a cadáveres reventados” ha dicho
y escupe para que no queden dudas
y escupe para que no queden dudas
Durante
horas bombardeamos y avanzamos
hasta que sólo matábamos
cadáveres y arena y hierba
hasta que sólo matábamos
cadáveres y arena y hierba
Tengo
para mí que la ciudad ya estaba muerta
Se
murió quién sabe cuándo para que no la matáramos
Cuando
prendí el cigarro
aspiré el hedor
aspiré el hedor
Toda
la ciudad hiede
pero no a muerte seca o reventada
pero no a muerte seca o reventada
Aunque
el comandante y el teniente
me digan lo contrario y me recriminen porque fumo
me digan lo contrario y me recriminen porque fumo
—“El
tabaco es lo peor para la juventud, soldado
Si se quiere, no fume”—
Si se quiere, no fume”—
Quizá
deba obedecerles y dejar de fumar
Pero
de todos modos la ciudad hiede a algo distinto
y no he visto a ningún ser vivo todavía.
y no he visto a ningún ser vivo todavía.
IV
En
mi país les llamábamos turcos
aunque fueran árabes o libaneses o sirios
aunque fueran árabes o libaneses o sirios
Todos
eran turcos comerciantes
tacaños por naturaleza
apartados que no sabían hablar bien el español
tacaños por naturaleza
apartados que no sabían hablar bien el español
“Turquía
es uno de los muchos países
que creen en El Corán”
me explicaba la hija del oficinista
que no era comerciante ni tacaño ni turco
y hablaba bien el español
que creen en El Corán”
me explicaba la hija del oficinista
que no era comerciante ni tacaño ni turco
y hablaba bien el español
Tal
vez por ella estoy aquí
en esta cárcel
en esta cárcel
porque
de tanto ahogar prisioneros
con las bolsas de plástico
con las bolsas de plástico
y
ametrallarles los pies
y soltarles los perros en la cara
mientras les pateaba los riñones
y soltarles los perros en la cara
mientras les pateaba los riñones
tuve
miedo de encontrármela un día
y
entonces
¿de qué valdrían esta cárcel
y esta soledad y este llanto?
¿de qué valdrían esta cárcel
y esta soledad y este llanto?
V
El
largo rumor del desierto
El rumor del petróleo como sangre profunda
El rumor del petróleo como sangre profunda
Por
las calles de esta ciudad
seca arenosa inmóvil
cruzan espectros fantasmas
distantes de nosotros de mí
seca arenosa inmóvil
cruzan espectros fantasmas
distantes de nosotros de mí
indiferentes
bajo el sol
indescifrables bajo la luna.
indescifrables bajo la luna.
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