EL
OÍDO AFINADO dirige la vela sensitiva,
La
mirada dilatada se despobla
Y un
coro enmudecido de pájaros nocturnos
Atraviesa
el silencio.
Yo
soy tan pobre como la naturaleza
Y
tan simple como el firmamento,
Y mi
libertad es tan quimérica
Como
el canto de los pájaros nocturnos.
Yo
veo al mes inanimado
Y al
cielo más muerto que el lienzo;
Y
acepto del vacío
¡Su
mundo enfermo y extraño!
No hay comentarios:
Publicar un comentario