sábado, 7 de noviembre de 2020

ROQUE ESTEBAN SCARPA

  

 

 

Sobre ojos resecos

 


Aquí estoy, envuelto en el sudario de la noche.

Mis ojos se enceguecen por lo que intuyeron.

Breva negra que no sabe renunciar en su tiniebla

a la dulzura que mana, es mi corazón.

¿Será la última miel que se siente en la muerte

siempre la que cae en sombra de una funesta higuera?

 

Aquí estoy, tendido. La soledad me urde cuerpo

de silencio, de fatiga alada sin sosiego

en esta habitación donde recreció el árbol:

no debo olvidar que en él la tentación se esconde,

que sus hojas son vergüenzas recubiertas, fruto sesteante

aterrado ahora por el canto rojo tres veces encendido.

 

Aquí estoy, yacente, lágrima de sequedad,

en sábanas de frío, en sudario de fuego.

 

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