sábado, 7 de noviembre de 2020

FERNADO CHARRY LARA

  



Pensamientos del amante





Ya que la intimidad la noche la criatura
El hombre que la sueña y al sol con sangre de
la tarde
Cuando por corredores de azulada piedra
Los pasos que ahora esperas
En vasto espacio enardeciendo callan

(Es más hondo el amor que nadie nombra 
Más amarga la desdicha de un espejo 
Cuando de pronto lo empaña el lento vaho 
De una tristeza a lo lejos de alguien 
Que ignorado cruza errante el vacío) 

El arco de las cejas encendiéndose 
La multitud del oro los hombros en reposo 
Un río subterráneo entre su pecho 
Los muslos firmemente dueños de la tierra 
La mirada que en un duelo trémula estallaba 

Vencida por el tiempo la esperanza 
Un caminar perpetuo entre la lluvia 
Una ciudad de nubes y agonías 
Contra todo y sin fin seguirte siempre 
Oh roce frío de invisible llama 

(¿Por qué retrocedías y callabas 
Te pensabas temblando como un niño 
Lamento entrecortado en tu garganta 
Devorado en la red de una tiniebla 
Entristecido por tu propio sueño?) 

Luego por yertas calles la alborada 
Trajo al azar indescifrable un rostro 
Rubio fulgor y el frágil embeleso
De en otro paraíso hallarte vivo
Lejos del sol occidental ensangrentado


Mas te persiguen la sed y el pensamiento 
La ausencia te la invade sólo un cuerpo 
Ese convulso perfil del deseo volando 
Hacia nubes donde son verdes los ojos 
Donde implacables son verdes aún y sombríos 

Confusos giran grises en sucesión los días 
Pálidos de lloviznas e incertidumbres 
Cuando junto al anochecer existes 
Con penumbra de seres a tu alrededor 
Su desdeñosa sordera impenetrable 

Enrojece delira Bogotá como un incendio 
La multiplicidad de luces gentes bullicios 
Luego el aire nocturno abriendo lunas
Y escondido en lo oculto de un afán
Oh tú que ignorada rodeas y estrechas y amas. 

(Sólo dentro de tu corazón pasan las cosas 
Solamente oyes una ronca bocina por tu sangre 
El tiempo acumulándose en cenizas 
Vuelves a mirar las luces en el atardecer 
en la noche te adormecen otra vez mudos labios) 

Cuerpo que no camina sino 
Por constelaciones de incandescente destierro
Trae tus pies acostumbrados a la aurora 
A pisar esta isla de nadie esta puerta 
Donde el amor golpea con fantasmas. 

(No es el sueño sino somos nosotros 
Como el destino es áspero y contrario 
La desierta esperanza sin sustento 
En duermevela fluyen días y pensamientos 
Cadáveres de sol y lluvia en la memoria) 

Tras sigilosos pasos voces ecos
Eterna eterna ven 
Gestos callando sombra que sospecha el aire 
Pero al desvanecerse de nuevo tus huellas 
Como al final el cuerpo será noche 
Otra vez insondable tu luz fuera del tiempo



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