Fotografía
del envés
a) Me
esfuerzo por contener la lluvia
aprieto los dientes
y con mis ojos de rama seca
miro fijamente a la cámara. Mi niña,
dice la muerte, endereza la espalda.
Con el dedo más ciego de su mano
oprime el obturador:
mi tumba es esta fotografía
de truenos y nubarrones.
b) En
esta casa no hay puerta
se entra por los ojos
no hay luz eléctrica ni muebles
hay silencio
y una niña de piernas cruzadas
que dice que el anverso no existe.
La
fotografía no miente:
a pesar del blanco y negro
algo en esos muros de carne
huele a ramaje y humedad.
La
niña dice de nuevo que no existe
el anverso. Yo, dice ella,
no habito la casa
yo
soy la casa.
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