martes, 22 de diciembre de 2020

EMI G. CANCHOLA

 

 


Fotografía del envés

 

 

a) Me esfuerzo por contener la lluvia
aprieto los dientes
y con mis ojos de rama seca
miro fijamente a la cámara. Mi niña,
dice la muerte, endereza la espalda.
Con el dedo más ciego de su mano
oprime el obturador:






mi tumba es esta fotografía
de truenos y nubarrones.

 

 

b) En esta casa no hay puerta
se entra por los ojos
no hay luz eléctrica ni muebles
hay silencio
y una niña de piernas cruzadas
que dice que el anverso no existe.

 

La fotografía no miente:
a pesar del blanco y negro
algo en esos muros de carne
huele a ramaje y humedad.

 

La niña dice de nuevo que no existe
el anverso. Yo, dice ella,
no habito la casa
yo
soy la casa.

 

 


 

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