Donkey Kong, Nueva Donk
Sólo
se escuchan percusiones antes
de que caiga la noche
y cuando
lo hace
los edificios prenden sus trompetas
y 100 o
más trombones acompañan.
Se están peleando un chango y un plomero
¿o era
carpintero? No estoy seguro.
Un saxofón me lleva por la quinta
avenida y calle Dixie,
tarola, impaciente contrabajo,
hi-hat
y en esta esquina a la derecha,
allá se ve
lejísimos el ayuntamiento
¡es un gorila!, gritan en la radio,
parece que le
sobran barriles allá arriba
Un
solo de timbales sacude Nueva Donk
el reportero estalla:
“Estoy en el epicentro del sonido:
alcanzo a ver un hombre
de overol y bigote clarinete
subir por la estructura colapsada.”
Marca el ritmo una clave y le siguen las maracas
de acero es la
estampida de los tambos,
el atlético piano de las prisas
comienza a escucharse desde el fondo
regresa el contrabajo, el
hombre de bigote
salta un tambo a la vez y después otra vez
brinca 1,
2,
3,
se incendia el rascacielos.
Trompetas lumbre desvarío asombro
asombro por el hombre de bigote:
¡Salta hombre salta
ahora, salta hombre salta ahora!,
se arma el
edificio con tus saltos,
se
alocan los dorados de la orquesta,
solo de batería.
¿Qué sucederá ahora?
¿Salvará a la cantante de la banda?
¿En qué piensa el gorila que arroja los barriles?
estallan las trompetas
y se callan.
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