lunes, 7 de diciembre de 2020

RICARDO HERNÁNDEZ PEREIRA

 


 

No vengas a visitarme

 

 

 

No vengas a buscarme
por favor
no lo hagas
romperías el equilibrio de esta casa
que se sostiene de una pluma sobre el lago de mis demonios
se hundiría irremediablemente
entre el líquido de los muertos
un líquido lleno de deseos y sonrisas agridulces
uno lleno de piel y pestañas largas
con olor a pan
y legumbres podridas del refrigerador

Por eso
por favor
no vengas
realmente no es tan necesario
uno debe aprender a morir lento
y a coser su boca con alambre de púas
con púas de piel de cebra
con filos como labios de niños

No vengas
porque ya me acostumbré a no verte
y no te lo digo como un reproche
esto es todo, menos eso
te lo digo como un lamento del estómago
como un quejido de sueño
te lo digo porque ya memoricé todas las arrugas de mi cama
todas las grietas de mi techo
todas las erupciones de mi piel
con todo y sus escalofríos:
ya tengo una familia.

Solo no te sientas en la obligación de visitarme
yo entenderé
como siempre
que allá afuera hay un mundo qué salvar, cuentas qué pagar
que la gente siempre dice cosas bobas
que la vida es larga y siempre hay más tiempo que vida
solo que me recuerdes
solo eso me basta
porque un recuerdo también es una forma de existencia

 

 

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