La
ventana indiscreta
No es un río de plata el que brilla frente a
mis ojos. Sólo la humedad del cristal y el engaño de luces y cámaras desiertas.
Curioso que la cortina sea frontera, que más allá de la ley de pliegues y
bastillas exista una ventana idéntica y el azoro del ojo espía, súbitamente
descubierto. Sé que soy ese otro ojo, sé que soy ahora, la única mirada en
medio de la noche.
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