miércoles, 17 de noviembre de 2021

MANUEL RUIZ AMEZCUA

 


 

El alimento de los dioses

 

 

Lo que encierran los sueños
se agacha en los sepulcros
y se esconde en las grutas,
araña los tejados
y entretiene a los muertos.

Los sueños se alimentan
con la envidia de la falta.
Y los guía un dios casi desnudo
con la lanza rota por la lengua.

Una vieja dormida en su tristeza
pregunta a los demás por su destino.
Y un águila, cansada de los cielos,
asesina a un pastor en una cueva.

Reían las mujeres en la noche.
Las sombras se agachaban con el día.

Y era todo radiante como siempre.

La multitud dio gritos de alegría.

Y los buitres bajaban los cadáveres.

  

De: “Las reliquias de un sueño”

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario