Soneto
¡Cómo
del tiempo la veloz carrera
destruye con su marcha presurosa
la creación más noble, más grandiosa,
desolación sembrando por doquiera!
¡Cómo
sin tregua dar, toda la esfera
recorre, y con guadaña silenciosa
no perdona ocasión, no deja cosa,
y la muralla más potente altera!
¡Cómo
a su paso caen las naciones
que en el polvo y olvido precipita,
deshaciendo los fuertes escuadrones!
Ayer,
con frente pálida y marchita,
yo me hacía estas tristes reflexiones
los codos al mirar de mi levita.
De:
“Las frases frágiles”
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