La
herida más grande
Cuando
mi madre murió
no se cayeron las estrellas
ni emigraron los peces
Cuando
mi madre murió
no brotó ni una lágrima de los ojos del cielo.
No se entristeció ni un ave
ni una flor en el regazo del piedemonte
Cuando
mi madre murió
no hubo eclipses de la luna ni el sol
ni un hada que encendiera una lámpara
donde reposaba su cabeza
Cuando
mi madre murió
la tierra se quedó como está.
pero en mi corazón
se abrió la vieja puerta de la herida más profunda
¡Ay
madre, tu ausencia es tan dura!
tu ausencia no es una súplica para saciar la sed
ni el resentimiento ni el enfado de una prometida
Estoy
tan desolado lejos de ti
Halgurd es un dolor pesado en mis hombros…
si alguna noche unas gotas de luz
penetran el suelo hasta la oscuridad de tu tumba
y la convierten en un hogar alumbrado
no creas que es una vela… soy yo… quemándome frente a ti…
Ay
mi querida madre
todavía llamo golosina a la golosina…
todavía llamo herida a la herida…
y todavía llamo flor a las flores…
¿Pero madre…
a quién puedo llamar madre otra vez?
.
Versión
de Jiyar Homer e Isabel López
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