III
Siéntate
conmigo en este sofá. Ven aquí, a mi hombro y cuéntame tu viaje, esa mudanza
interior. Intenta huir conmigo de esta soledad sin escapatoria, cuando jamás
recuperas la puerta abierta ni aquellas manos que ofrecían el plato lleno,
cuando cierras los ojos para que el mundo parezca más habitable. No hablo de
máscaras ni artificios, hablo del dolor, la verdad del dolor, el ahogo de la
pérdida. Esto, sólo esto. Escribo para que entiendas que no estás solo.
Siéntate. En este hogar eres siempre bienvenido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario