miércoles, 25 de mayo de 2022

CARLOS MARZAL

 


 

Las cosas han cambiado

 

 

Las cosas han cambiado, 
y todo sigue igual que ha estado siempre. 
Sabías que una vida no era lugar bastante, 
para lo que una vida debía merecer, 
y hoy sigue sin bastarnos. 
Antes no había 
lugar al que negar, no había sombra, puerto, 
un más allá del viaje donde decir ya basta, 
hemos dado por fin con el final del túnel, 
y hoy el túnel, el puerto, la sombra y el final 
están igual de lejos. 

Suma y sigue. 
En el amor no había 
nada distinto al resto de las cosas, 
pero sí era distinto 
ese juego violento al que apostar la vida, 
y que a veces movía las estrenas, 
la luz de la conciencia, y al que hoy sigues jugando, 
y en él te va la vida. 
Las palabras no ofrecen 
la nave que abre el mundo, ni hoy ni entonces, 
pero algunas palabras, al trazar una historia, 
con su amarga beneza, que no nos abre el mundo, 
nos lo hacen habitable. 
De unos tiempos sin gloria 
a otros sin gloria. 

Tal como sucedía 
ayer, quien se equivoca no ha de volver atrás. 
Sólo el orgullo nos mantiene en pie, 
y el miedo a empeorar en adelante. 
Las cosas han cambiado. 
Y ni más sabio, 
ni deseos más puros, 
ni más fuerte. 
Todo es igual. 

Han cambiado las cosas. 
Nada de lo que diga importa demasiado, 
y todo sigue en el lugar de entonces. 

 



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