Amanece
luz pasión
en los atardeceres del mundo.
Es la hora de silencios gemidos,
es la hora de triunfar lechos,
estandartes y miradas,
es la hora de los guiños.
Aunque cárdenas espadas y un bisturí
afilado, adornados en terciopelo,
esperan la despedida.
Un interrogante, una respuesta,
una salida, siempre la vida.
Y vuelves a empezar.
De:
“Un roce al paso”
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