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Me
he sentado a la mesa de los menesterosos
es
decir
a la
mesa
que
guardaba mi nombre y me llamaba
llueve
y hay barro en las botas y en los torpes zapatos
y en
el aire un canturreo que sube al alto techo
y en
la garganta una picazón
y en
el estómago un barril sin fondo
y en
los mesones el pescado las papas la ensalada
y un
vinilo para hacer sed
y
empanadas para hacer hambre
y el
pebre que no puede faltar
y un
vaso de mezcal que trajo un dulce cuate
mezcal
bueno
por
si algo anda mal
y si
todo anda bien
bueno
también
dice
mi cuate
De:
“Crónica de un regreso”
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