Poema
con lluvia
Cuando
empiece a envejecer, me pondré una gorra de piel de oveja e intentaré coser el
vacío que queda entre las gotas de lluvia.
Está
claro que no podré coser con la aguja una gran distancia, por eso empezaré a
hacer líneas de cristales en estos vacíos.
Así
va a caer el agua por todas las partes desde la luz de las nubes negras: puede
que esta corriente nos salve del fuego apocalíptico de los colores.
Por
ahora las lluvias van y vienen con sus imperceptibles espacios entre las gotas,
donde nuestros cuerpos todavía tratan buscar la manera de evitarlas.
La
versión al español es del mismo autor Andrei Langa
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