sábado, 16 de julio de 2022

JO SHAPCOTT

 


 

Paseando con las abejas

 


Caminé hasta la ciudad con la colmena dentro de mí.

Las abejas resonaban en mis costillas: para entonces

mi boca era de cera, mi boca era de miel.

Los peatones con sus maletines y computadoras portátiles

se me quedaban viendo mientras las abejas salían de mis ojos y orejas.

Cuando entré al banco el zumbido

creció en mi pecho y supe que las abejas

querían decir negocios, hacer negocio. Las obreras volaron

adentro del pasillo frío, descansaron en los mostradores de mármol,

menearon sus antenas sobre el papel y el cuero.

“Guíanos, señor” murmuré. Después sentí

cómo la abeja reina se estremecía cerca de mi corazón

y todos mirábamos con dos ojos y con cinco,

todos mirábamos cómo el dinero se fundía como cera.

  

Versión de Violeta Orozco

 

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