martes, 27 de septiembre de 2022

ANA LUCAS

 

  

Fénix

 

 

Sentada al borde del abismo

viendo objetos caer,

estrellarse y romper la cerámica.

Y yo

contemplando la posibilidad de saltar al vacío

y dejar de ser,

comprobar si vuelvo a nacer,

si visto plumas rojas como el fénix

o si por el contrario

seguiré siempre encadenada al filo

a punto de dejarme caer

sin llegar a hacerlo nunca.

Miedo, animal salvaje,

depredador despiadado;

almas asomándose al acantilado

y garras de sirena trepando hasta alcanzarlas

para arrastrarlas al fondo del océano.

Pero mientras ellas cantan

las almas cierran los ojos

y con la piel erizada

rezan a todos los dioses sin creer en ninguno

y regalan sus manos,

su vista,

su olfato,

sus piernas

para conservar el oído

por no dejar de escuchar la melodía

que predice un desenlace mortal.

 

De: “Oasis”

 

 

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