A
veces, en calles desconocidas
Estabas cerca de mí. Y entonces adquirí una extraña lucidez
Fue igual que ver en el frasco el líquido tan azul
y leer, en una superficie luminosa y blanca
todas las palabras que serán escritas con esa tinta
Se sucedían las imágenes dentro de mi cerebro, como en un televisor,
y apoyando mis pies en sensual arena (no copiando mis carnes)
sino esculpiendo una especie de concha, génesis de pájaros
pero pequeñitos, y de mariposas para decorar mis paredes
Nimbado
de un poder especial pude crear un minuto
extendido ante mis pupilas durante varias horas
y discernir el rastro de un espíritu sobre los muebles
(el alma de la infeliz bordadora atravesando mi casa
envuelta por un halo de infinita delgadez)
mientras giraba el resto del Universo
con la misma normalidad de todos los días
y la urgencia de los autos se congelaba al llegar a mi lado
A
veces, en calles desconocidas. Al mirar a lo lejos montañas
fingir que flotan sobre la tierra, rodeadas de nieblas y nubes
Lejos de los abrazos de quien me sabe lanzar
en medio de una playa de miel y hermosura
Comprendo que mis raíces han de estar hundidas
en sueños y misterios, porque la vida mezcla
a diario las más absurdas visiones
de espectros cubriendo mi cama con las rutinas de siempre.
Abril 16 de 2005
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