Anagnórisis
He
muerto ya tres veces
y a
la cuarta el nicho será de oro. La sangre brota, amenazante, cuando salgo de
casa sin miedo
la
noche en que posees mi cuerpo. Doliéndome, doliéndome,
tiemblo
ante la marcha fúnebre de la vida. Estoy fría y tú abres mi cuerpo.
Es
una mañana silenciosa de diciembre y ya nada será igual. Ya nada,
me
enciendo un cigarro y como si nada.
He
muerto
y
buscas tu vida dentro de mí. En el cielo mi epitafio:
Poeta
y poco más.
He
muerto.
He
muerto ya tres veces
y a
la cuarta el nicho será de oro.
De: “Presuntamente
nuestros”
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