ESPAÑA
se agita desde estas calles
y
yo, a lomos de los tacones de Don Quijote vuelvo de la tierra del idealismo,
odiando
a los altos cargos siempre
con
nudillos en las heridas.
Hay
que darle al viento una tregua. Me fumo las letras, cáncer de tinta.
Little
Irene
me
llamas, cayendo por tu boca,
creyendo
en la monogamia porque no existe. Eres el opio del pueblo,
yo
te crucifico cuando quieras;
me
siento demasiado poco virgen hoy.
De:
“Presuntamente nuestros”
No hay comentarios:
Publicar un comentario