Salto
de página
Bon
Iver canta Skinny Love en un autobús
de
una ciudad al norte del mapa.
Los
muertos se mueven.
Puedo
imaginar a un hijo cuidando de su madre en el jardín.
La
peina, le da de beber,
la
alimenta a base de sopas
y
los viernes tiene permitido comer helado.
Ella
intenta abrazarlo años después.
Pero
el hijo ya no es hijo,
ni
tampoco existe césped sobre el que reposar el postre.
Un
cementerio con relieve.
Una
casa vacía.
De:
“A ciencia cierta”
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